Cerca de 300 personas de todo el mundo siguen la jornada “Ciudad jugable: cómo se transforma Barcelona y el resto del mundo”

02/06/2021

Este 1 de junio, dos años y medio después de la aprobación del Plan del Juego en el Espacio Público con horitzonte 2030, Barcelona ha vuelto a situar el derecho al juego y el encuentro al aire libre de los niños y niñas en primera línea con la jornada “Ciudad jugable: cómo se transforma Barcelona y el resto del mundo” organizada por el Ayuntamiento de Barcelona en colaboración con el Instituto Infancia y Adolescencia de Barcelona y la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras y el apoyo del Born Centro Cultural.

Esta es, pues, la tercera jornada alrededor del juego, el espacio público y la infancia, después de la primera en el año 2016, El derecho de los niños y niñas a la ciudad, que supuso el inici de los trabajos para terminar aprovando el Plan del juego en el espacio público, que se presentó el febrero de 2019, en la jornada Juego y ciudad.

La jornada de este año ha venido marcada, como no podía ser de otro modo, de las reflexiones en torno a la pandemia por la Covid-19 y como ésta ha acelerado aquellos cambios y transformaciones que la ciudad ya había previsto, porque se ha hecho más necesario que nunca transformar la ciudad para hacerla más habitable, más jugable y mejor para favorecer el bienestar de los niños y niñas y la ciudadanía y para garantizar el derecho a la salud y la vida comunitaria, además de luchar contra la emergencia climática, una necesidad indiscutible desde hace años.

Si no pudisteis asistir, os invitamos a:

 

Vídeo íntegro de la jornada

 

Primera mes: 2 ciudades invitadas y 3 expertos internacionales para hacer el repaso del mapa de ciudades jugables

París y Sao Paulo han sido las dos ciudades invitadas, con la intervención de dos personas de sus Ayuntamientos que han podido explicar las trayectorias y experiencias en favorecer el juego en el espacio público.

Cyrille Peyraube, director de Educación, pequeña Infancia, familias y nuevos aprendizajes del Ayuntamiento de París, explicó las experiencias de ludotecas fijas (como es el caso de la de la Plaza de la República de París; pacificada con circulación y que ofrece espacio tranquilo a las familias) y las ludotecas móviles (con contenedores reciclados, operativas sobre todo en primavera; muchas de ellas instaladas junto al río Sena respondiendo a una demanda popular). También ha explicado cómo el Ayuntamiento parisino copió de Barcelona el programa de Patios escolares abiertos al barrio después de ciertas reticencias iniciales, pero con un buen éxito posterior.

Por su parte, Fábio Rodrigo Brandão, coordinador del proyecto «Ruas do Lazer», de la Concejalía de deportes y ocio del Ayuntamiento de Sao Paulo ha explicado este programa que ya tiene más de 40 años y que consiste en cortar el tráfico de ciertas calles para convertirlos en “calles de ocio”, donde la ciudadanía pueda encontrarse y apropiarse del espacio público generando espacios de convivencia. El programa sigue tres pilares: el de ofrecer mejores oportunidades de juego, el de apropiarse del espacio público y el de fomentar la autonomía del vecindario.

Además, la primera parte de la jornada, ha servido también para conocer otras experiencias internacionales más allá de París y Sao Paulo, de la mano del consultor independiente experto en juego y movilidad de los niños y niñas, Tim Gill. Calgary, Oslo, Vancouver, Antwerp , Boulder, Ghent, Rotterdam, London, Freiburg, Tirana, Tel Aviv, Fortaleza y Recife son algunas de las ciudades que Tim Gill ha situado en el mapa mundi de ciudades jugables, y también Barcelona. Por otra parte, Tim Gill ha ampliado la mirada y ha puesto en valor el hecho de que una ciudad amable con los niños y niñas no sólo debe ser ciudad jugable, sino que, además, también debe permitir también la movilidad infantil, que los niños y niñas puedan ir solos y seguros por la calle y decidir dónde quieren ir, ya que esto se traduce en oportunidades de crecimiento y es uno de los factores que más se ha reducido en el último siglo, con ciudades actuales que no permiten los niños salir de casa o ir más allá de la esquina.

 

Segunda mesa: Barcelona es cada vez una ciudad más jugable, en los últimos 2 años y medio se han impulsado transformaciones importantes que se han acelerado a partir de la pandemia 

La Tintenta de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, ha puesto en valor en la apertura de la jornada las actuaciones impulsadas a partir de la aprobación del Plan del juego en el espacio público y, sobre todo, el hecho de que estas actuaciones desbordan las actuales áreas de juego y pretenden hacer una ciudad jugable en su conjunto, apostando por un urbanismo feminista, un urbanismo que ponga en el centro la vida y las necesidades de las personas que habitan la ciudad. Sanz ha subrayado la necesidad de que Barcelona sea una buena ciudad donde vivir, una ciudad de la que la gente no quiera o tenga que irse y ha puesto ejemplos de cómo se está avanzando en esta dirección. Ha hablado, entre otras, de las transformaciones de los espacios de juego por excelencia de los niños y niñas, poniendo como ejemplo el área de juego de la Plaza San Miguel, que ha pasado de ser un espacio gris y de cemento a un espacio lleno de niños y niñas, lleno de vida y de risas. Ha hablado también de las transformaciones en torno a las escuelas y de la Supermanzana Barcelona, ​​que más allá de ser una actuación concreta, se plantea como una manera de vivir la ciudad, una regeneración económica del comercio y una oportunidad para promover más salud, más convivencia ciudadana y más oportunidades de juego en la calle.

Por otra parte, la actual Comisionada de Educación del Ayuntamiento de Barcelona y ex-directora del Instituto Infancia y Adolescencia, Maria Truñó, ha puesto mucho en valor todas las actuaciones que se están haciendo dentro y al alrededor de las escuelas y cómo de esta manera las escuelas, en el corazón de los barrios, están siendo motor de transformación de la ciudad. Truñó ha subrayado tres estrategias que se pueden plantear como círculos concéntricos: la transformación de los patios escolares para hacerlos más coeducativos, naturalizados y comunitarios a través del programa Transformemos los patios a partir de los 6 criterios para un buen patio, elaborados por el Institut Infància i Adolescència por encargo del Ayuntamiento; y a través también del programa Ampliamos espacios educativos que, por necesidades de contención de la pandemia, ha hecho posible que las escuelas puedan utilizar espacios públicos de la ciudad no solamente como patio sinó también durante las horas lectivas.

El arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona Xavier Matilla también ha explicado como se está impulsando el proyecto Protegimos las escuelas para hacer entornos escolares más seguros, más amables y que favorezcan el encuentro y el juego espontáneo al aire libre en las entradas y salidas del colegio. Y también las trnasformaciones de las áreas de juego a partir de los 7 criterios para el diseño de una ciudad jugable, elaborados por el Institut Infància i Adolescència en el momento de concepción del Plan del juego. Además, ha puesto mucho en valor el nuevo concepto de área de juego accesible que se ha ido trabando en Barcelona a partir de la aprobación del Plan del juego en el espacio público y que define una área accesible como aquella en la que la principal propuesta lúdica que ofrece es accesible.

Tanto Xavier Matilla como Maria Truñó han puesto muy en valor los procesos de co-creación con los niños y niñas que se están llevando a cabo para poder hacer todas estas transformaciones teniendo en cuenta la voz y la mirada de la infancia. Desde el Instituto Infancia y Adolescencia, por encargo del Ayuntamiento, hemos elaborado dos guías (en catalán) para poder sistematizar estos procesos: la guía de cocreación con niños y adolescentes de espacios lúdicos y la guía de cocreación para la transformación de los entornos escolares.

 

Tercera mesa: La ciudad jugable es una demanda social que se ha intensificado con la pandemia

Tanto Matilla como Truñó han coincidido en que el espacio público debe ser una extensión de las casas, un espacio habitable y de calidad, y que la Covid-19 ha sido un acelerador porque ha habido mucha demanda ciudadana y porque ha sido necesario acelerar lo que la ciudad ya tenía planificado, desbordando todas las previsiones.

Pero la demanda ciudadana no es nueva, sino que viene de lejos. Desde diversos sectores y grupos de población hace tiempo que se reclama y hace hincapié en la necesidad del juego al aire libre y en contacto con la naturaleza.

El juego al aire libre tiene impactos en la salud física y emocional de los niños y niñas. Lo explicó muy claramente Nuria Pericas, representante de la Sociedad Catalana de Pediatría. Hace tiempo que se sabe que jugar al aire libre y en contacto con la naturaleza hace aumentar los niveles de actividad física de la infancia (que están por debajo de los recomendables), reduce el sobrepeso y la obesidad, disminuye el pantallismo, disminuye el riesgo de déficit de vitamina D (muy importante para la salud de los huesos, la reducción de infecciones, un buen sistema inmunológico, entre otros). Además, jugar en contacto con la naturaleza también supone que haya menos trastornos de ansiedad, depresión o déficit de atención, y el juego favorece la adquisición de habilidades emocionales y sociales muy necesarias. Pericas ha apuntado la necesidad de introducir preguntas sobre los hábitos de juego al aire libre en las consultas pediátricas, así como la recomendación de jugar más al aire libre como una cuestión de salud.

Pero tener entornos seguros y de calidad, que favorezcan el juego y el contacto de los niños con la naturaleza no es sólo una petición a nivel de salud, sino que los mismos niños y niñas lo identifican como un elemento que contribuye a su bienestar. Así lo ha explicado la directora del Instituto Infancia y Adolescencia, Laia Pineda, haciendo repaso de los diferentes hallazgos de conocimiento generados a partir del programa municipal de investigación Hablan los niños y niñas: cuando los niños pasan tiempo y juegan al aire libre están más satisfechos con su vida en general y cuando tienen cerca de casa un lugar al aire libre en el que jugar de manera segura están más satisfechos con el barrio donde viven. Y es lo que los niños y niñas quieren y piden una ciudad jugable más allá de los parques y áreas de juego: quieren más y mejores espacios para jugar en una ciudad más verde, donde los vecinos y vecinas se conozcan, donde haya otros niños con los que encontrarse y jugar.

¿Y las familias? Las familias también quieren una ciudad amable y, sobre todo, segura por sus hijos e hijas. Lo explicó Guille López, en representación de la Asociación Eixample Respira y el movimiento Revolta Escolar, organizado por las afas y que ya reúne a más de 100 escuelas de 16 ciudades diferentes, la mayoría en Barcelona. Cada 15 días hacen cortes de tráfico en las calles de las escuelas a la hora de salida de los niños para reclamar entornos pacificados y seguros. Guille López ha celebrado las iniciativas impulsadas en este sentido por el Ayuntamiento de Barcelona pero ha reclamado más celeridad y que ésta sea una prioridad clara de la ciudad.

¿Y las escuelas? Pues las escuelas también. Las escuelas también ven la necesidad de abrirse hacia la ciudad y de favorecer el juego y el contacto con la naturaleza, aprovechando el potencial educativo de la ciudad. Ángeles Cadena, directora de la Escuela Mercè Rodoreda explicó durante la jornada como su escuela se ha ido expandiendo más allá de las paredes del centro como consecuencia de la Covid-19 pero de una manera muy natural, muy satisfactoria para los niños y niñas, con mucho convencimiento por parte del claustro y también de las familias y como un paso adelante que ya no volverá atrás porque es un beneficio arraigado y reconocido por toda la comunidad educativa.

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ABIERTO DESDE 2017 | Acompañamos el Ayuntamiento de Barcelona en la definición y desarrollo del Plan del juego en el espacio público para que, con horizonte 2030, la ciudad sea cada vez más jugable y ofrezca más y mejores oportunidades de juego en el espacio público a los niños, niñas, adolescentes y al conjunto de la ciudadanía.