Las actuales áreas de juego de Barcelona son espacios muy delimitados, diseñados por proyectistas priorizando criterios de seguridad y mantenimiento y que, raramente, han incorporado las voces y perspectivas propias de los niños y niñas, aunque ellos sean usuarios protagonistas. A veces estas áreas de juego están dentro de parques o de grandes espacios para peatones donde los niños y niñas juegan en todo el parque.
Esta idea de desbordar las áreas de juego e ir avanzando hacia espacios lúdicos multfuncionales en la ciudad, se recoge en la Estrategia Barcelona da mucho juego que, en concreto, prevé crear 20 espacios lúdicos en la ciudad antes de terminar el 2019.
Pero, ¿como serán estos espacios lúdicos? Deben ser espacios donde el juego esté muy integrado, pero también espacios que respeten las demás actividades y fomenten las relaciones comunitarias, que los adultos que acompañen a los niños tengan también su espacio y que los adolescentes también encuentren propuestas para jugar y pasarlo bien. Deben ser espacios diseñados con criterios de inclusividad y accesibilidad, pensados para favorecer el reto, el juego diverso, la creatividad y, sobre todo, diseñados escuchando los intereses y necesidades de los niños.
Escuchar a los niños, para co-crear con ellos los nuevos espacios lúdicos
Desde el Instituto Infancia y Adolescencia, en el marco del proyecto Barcelona da mucho juego, estamos llevando a cabo un proceso participativo de transformación integral de dos espacios de juego. Además, documentaremos este proceso para que sea replicable en el resto de territorios de la ciudad como una herramienta a incorporar en el futuro Plan de juego.
De momento, empezaremos por dos áreas de juego que ya estaba previsto remodelar: el Parc de la Pegaso y el Parc Central de Nou Barris. Y lo haremos de la mano de los niños y niñas que utilizan estos espacios para jugar: ellos formarán parte del equipo creativo del diseño del parque.
Pediremos a niños y niñas de varios centros educativos que hagan la observación del espacio teniendo en cuenta qué tipo de juego pueden hacer y qué querrían poder hacer en un futuro (por ejemplo, esconderse, trepar, explorar, experimentar, construir y transportar, expresarse, etc.). Sus propuestas serán recogidas en un informe que se trasladará a los proyectistas que tienen que diseñar los nuevos espacios para que las puedan tener en cuenta.