“Queremos contribuir a una sociedad y una Barcelona donde niños y adolescentes vivan con dignidad y crezcan con igualdad de oportunidades en espacios sociales y entornos familiares y afectivos enriquecedores, saludables y protectores; haciendo efectivos todos sus derechos y su máximo desarrollo”.
Con esta misión, hemos orientado la estrategia del Institut como instrumento público con vocación de servicio a las administraciones locales y con compromiso de retorno y utilidad social. No la hemos definido en solitario, sino poniendo a discusión y debate un documento de bases, con unos sesenta de personas de los ámbitos del mundo local, la investigación y las entidades locales, así como las aportaciones de más de veinte adolescentes. Cinco sesiones de trabajo entre abril y julio, han servido para escuchar y debatir ideas valiosas, desde diversas perspectivas y para enriquecer la mirada estratégica del Instituto y profundixar en los enfoques de los ámbitos de trabajo.
Definir quiénes somos y a qué misión nos debemos se convierte en una tarea imprescindible si queremos garantizar una buena alienación de nuestros proyectos y actividades. Pero el trabajo de estos meses ha ido más allá. Hemos reflexionado también sobre la perspectiva y los enfoques que queremos aplicar, las estrategias a seguir, los ámbitos temáticos sobre los que nos centraremos y también los principios éticos y metodológicos que seguiremos.
La perspectiva de derechos: participación, equidad, género e inversión
La perspectiva de derechos, que reconoce unos derechos humanos específicos y una atención especial a los niños y niñas, será nuestro enfoque imprescindible. De ella se desprende la consideración de los niños y niñas como ciudadanos de pleno derecho, con capacidades para participar de la vida comunitaria; el reconocimiento de la igualdad de oportunidades y la equidad, derivados del derecho a la no discriminación de ningún tipo; la mirada de género, que deberá prepararlos para vivir en una sociedad libre, con igualdad entre hombres y mujeres; y la perspectiva que ve la etapa de la infancia como un bien social y colectivo único, del que hay que cuidar de forma prioritaria y con la inversión necesaria, hasta el máximo de los recursos disponibles.
Los ejes estratégicos: contribuir, generar y compartir
Nuestra principal estrategia para hacer avanzar los derechos de la infancia y la adolescencia, pasa por contribuir mejorar políticas públicas locales transversales y concretas, tan predistributivas como redistributivas. Contribuiremos a ello mediante la generación de conocimiento, con diagnosis, evaluación y propuestas, puesto que necesitamos políticas informadas y propuestas de mejora concretas basadas en evidencias. Compartiremos este conocimiento de forma amplia, con datos y relatos, propios y ajenos, que enriquezcan el debate social y pongan la infancia en primer plano.
Los ámbitos de trabajo:
Trabajaremos en favor de ciudadanías que busquen el protagonismo de niñas, niños y adolescentes, los conviertan en agentes activos de la vida comunitaria y los hagan más presentes en el espacio público. Velaremos por los bienestares de la infancia y adolescencia, para que puedan crecer en entornos enriquecedores, saludables y protectores. Priorizaremos las educaciones, favoreciendo la igualdad de oportunidades desde la primera infancia y con una mirada amplia, que trasciende la escuela y abarca toda la comunidad.
Los principis éticos y metodológicos:
Más allá de los “qués”, también hemos definido los “cómos”, enumerando los principios éticos y metodológicos que deberán orientar nuestras actuaciones: trabajar desde, por y con la infancia y la adolescencia; con ética en la investigación, rigor metodológico y calidad; velando por el sentido, el retorno y el uso social de todo el proceso de conocimiento; favoreciendo procesos colaborativos y catalizadores de cambios; de forma abierta y transparente, reforzando el valor de lo público.
Después de un intenso trabajo, el Plan estratégico 2016-2020 del Institut Infància fue aprobado por su Consejo de Gobierno el pasado 13 de octubre y nos hemos puesto manos a la obra para su máximo desarrollo.
Entre otras cosas, esto supone una modificación de estatutos del consorcio para que el nombre visibilice la etapa estratégica de los 0-17 años, así como el arraigo y alcance territorial de Barcelona (ciudad, área metropolitana y provincia). Por lo tanto, estrenamos nombre: Institut Infància i Adolescència de Barcelona.
Asimismo, para poder actuar como ente instrumental o medio propio para las instituciones consorciadas y recibir encargos de gestión, en el nuevo contexto jurídico raíz de las últimas directivas europeas, ha supuesto la necesaria separación de la UOC como miembro consorciado, por el hecho de tratarse de una fundación privada sin ánimo de lucro y no de una entidad de derecho público como las otras universidades consorciadas – la UB y la UAB-. En adelante, la UOC será una institución invitada al Consejo de Gobierno del consorcio con voz y sin voto, y trabajaremos en el marco de un convenio de colaboración.