Los últimos datos publicados sobre pobreza en Cataluña alertan nuevamente que los niños, niñas y adolescentes son el colectivo social con mayor riesgo de afrontar situaciones de pobreza económica y privaciones materiales. Según datos recientes de la Encuesta de Condiciones de Vida, en 2015 el 29,4% de las personas menores de 18 años vivían con riesgo de pobreza, porcentaje diez puntos superior al del conjunto de la población que se sitúa en un 19%. Esto supone que unos 411.800 niños de Cataluña viven por debajo el umbral de la pobreza. De hecho, el 25,1% de los hogares con hijos dependientes tienen un riesgo más elevado de caer en la pobreza que los hogares sin hijos, donde se reduce al 12,5%. Y, a pesar que la pobreza infantil ha bajado un poco respeto en 2014 (29,9%), se mantiene todavía por encima de las cifras de 2013 (27,6%).
Si nos fijamos con la tasa AROPE (At Risk of Poverty and Social Exclusion), que combina el riesgo de pobreza relativa con el porcentaje de personas con intensidad de trabajo muy baja y con el de las que afrontan privaciones materiales severas, ésta es del 31,7% entre los ciudadanos menores de 18 años, otra vez muy superior a la tasa del conjunto de la población que se sitúa en el 23,5%.
De hecho, la persistencia en las privaciones materiales durante la infancia es uno de los aspectos que evidencian de manera más clara la elevada vulnerabilidad en la que vive la infancia en Cataluña: en 2015, el 11,1% de los niños hasta los 16 años sufría privaciones materiales severas (unos 138.500), cifra que no ha parado de crecer en los últimos años.
A la luz de los datos, se constata que persiste y se agrava la situación de pobreza infantil y que los niños y adolescentes que afrontan situaciones de pobreza económica y material cada vez son más pobres.