La lucha contra la pobreza infantil: ¿estamos intentando llenar una bañera llena de agujeros?

19/10/2023 Laia Pineda

(Artículo publicado originariamente en catalán en Social.cat) La semana pasada supimos que la Generalitat de Catalunya ha acordado terminar la Estrategia de lucha contra la pobreza infantil en Catalunya en los próximos cinco meses. De acuerdo con la nota de prensa de la Generalitat, la estrategia actuará desde la urgencia, a la vez que con una mirada a largo plazo, y con acciones desde diversos frentes como prestaciones y ayudas, educación, lengua, ocio educativo y éxito escolar, alimentación saludable, salud, vivienda y pobreza energética, ocupación de las familias con niños y niñas a cargo, sin olvidar la perspectiva de género.

Son buenas noticias y muy necesarias porque de acuerdo con los últimos datos disponibles, si bien los índices de pobreza para la población general de Barcelona han descendido un poco (del 19,5% al 18,6% en el primer año pospandémico), parece que los índices de pobreza de la población infantil y adolescente siguen resistiéndose y manteniéndose a unos niveles alarmantes, por encima del 30% de la población entre 0 y 17 años, según han desvelado las Estadísticas Metropolitanas de Condiciones de Vida, elaboradas por el Institut Metròpoli.

Ningún niño o niña debería crecer en un contexto de pobreza o exclusión. Porque vulnera sus derechos más fundamentales, y también porque socialmente coartamos trayectorias educativas, estropeamos su salud y los abocamos a reproducir el ciclo de la pobreza y las desigualados. Aún hoy, una criatura que nace en Ciutat Vella, tiene una esperanza de vida de tres años menos que una que nace en Sarrià-Sant Gervasi, a tan sólo 6 kilómetros de distancia. ¿Cómo permitimos que la pobreza sea el contexto de crecimiento de 3 de cada 10 de nuestras niñas y niños? ¿Y cómo permitimos que esté pasando desde hace tantos años?

 

La pobreza en el trabajo de las familias con menores y la crisis de la vivienda, principales causas de la pobreza infantil

Generalmente cuando recogemos evidencia y tratamos de entender el fenómeno de la pobreza y la exclusión señalamos como principales causas la pobreza en el trabajo (es decir vivir bajo el umbral de la pobreza moderada a pesar de haber trabajado al menos 6 meses en el año anterior) y el coste de la vivienda. Ambos fenómenos afectan especialmente a las familias con menores de edad a cargo.

Los datos hablan por sí solos: 2 de cada 10 niños niñas y adolescentes de la ciudad viven con personas adultas en situaciones de pobreza en el trabajo, y 3 de cada 10 viven en hogares que llegan a fin de mes con dificultad o mucha dificultad. Además, 1 de cada 10 hogares con menores de edad de Barcelona afirman tener dificultades para atender las necesidades de sus hijos e hijas, tal y como se explicó en la jornada “ Infancia y vivienda en Barcelona” el pasado mes de junio.

Y otro dato preocupante, y que con respecto a años anteriores ha ido empeorando, es el impacto que tiene el coste de la vivienda en la pobreza infantil. La tasa de pobreza infantil antes y después de contar el coste de la vivienda se dispara en 17,9 puntos porcentuales. Y es que la mitad de la población infantil vive en hogares que destinan más del 40% de sus ingresos a los gastos de vivienda, y hay un 27,4% de los hogares con niños y niñas que destina más del 60% de sus ingresos ingresos. 3 de cada 10 niños y niñas viven en hogares con algún retraso en los pagos relacionados con la vivienda y 2 de cada 10 viven en viviendas que no se pueden mantener a una temperatura adecuada, según se recoge en el informe Datos clave de infancia y Adolescencia en Barcelona 2022.

 

La crisis de la vivienda es también una crisis de infancia

Tal y como se explica en los últimos datos publicados por el Institut Metròpoli “la vivienda se reafirma como vector de desigualdad de primer orden”. Y sabemos, por otros estudios que lo han evidenciado, que la infancia es especialmente sensible a los problemas de la vivienda: un hogar con menores de edad tiene 3 veces más riesgo de pérdida de la vivienda que un hogar sin menores, y, a lo largo del 2021, cerca de 2.000 niños, niñas y adolescentes se vieron implicados en intervenciones de la Unidad Contra la Exclusión Residencial para evitar la pérdida de su vivienda.

El problema de la vivienda es tan importante que, después de una etnografía de 4 años, hemos podido desvelar los enormes impactos de la inseguridad residencial en la vida de los niños y niñas. Hemos podido comprobar cómo la inseguridad residencial impacta no sólo en los aspectos materiales de la vida de una criatura (para poder cubrir los costes de la vivienda muchas familias deben degradar sus condiciones de vida y/o optar por vivir en viviendas sobreocupadas) sino que también impacta negativamente en aspectos relacionales, psicoemocionales e incluso simbólicos, además de afectar a la salud y el aprendizaje. El sufrimiento por la pérdida de la vivienda atraviesa todas las esferas vitales de los niños y niñas. La esfera íntima y personal, la familiar, entre iguales, escolar y comunitaria. A través del trabajo etnográfico, que ha seguido la vida de 20 familias con hijos en riesgo de pérdida de la vivienda, hemos visto cómo estos hechos limitaban seriamente las oportunidades de un desarrollo sano, feliz y en igualdad de condiciones que el resto de los niños y niñas de su edad.

Esperamos con ansia el despliegue de la Estrategia de lucha contra la pobreza infantil en Catalunya porque ningún niño o niña merece crecer en un contexto de pobreza o exclusión. Sin embargo, si no focalizamos esfuerzos en la mejora de las condiciones laborales de las familias y si no garantizamos vivienda a precios asequibles para el conjunto de la población, cualquier estrategia contra la pobreza infantil será en vano. Porque será como intentar llenar una bañera con agujeros por donde se escapan todas las oportunidades y por donde se cuelan, inexorables, los derechos más básicos de la infancia.

BIBLIOGRAFIA

 

 

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Observatorio 0-17 BCN

El objetivo del programa es mejorar el conocimiento y generar análisis periódicos sobre las vidas y los derechos de la infancia y la adolescencia de Barcelona para fortalecer las políticas locales que afectan a esta etapa vital de los ciudadanos entre los 0 y los 17 años.